QUE POCO MIRAMOS YA AL CIELO

El ser humano, desde la mas remota antigüedad, se ha fascinado con el cielo, en él se fijaba para orientarse, para intentar adivinar el tiempo y para algo que solo su especie parece que estaba capacitada, para soñar.
En el cielo encontró sus primeros dioses, de ahí el culto al sol, a la luna y con ellos multitud de leyendas que poco a poco iban configurando un patrimonio cultural que transmitían de padres a hijos. Era tanta la fascinación que sentían por él que ¿imaginaron? que allí tenían un dios que los guiaba, los vigilaba, los protegía e incluso cuando sus acciones no eran las correctas, los castigaba severamente.
Se pueden preguntar porque "imaginaron" lo he puesto entre interrogaciones, si alguien pudiera leer la Biblia sin tener una idea preconcebida de ella, encontraría que muchísimos pasajes del Antiguo Testamento, no podrían ser fruto de la imaginación de unas personas que se ganaban la vida pastoreando ganado y con escaso nivel cultural, hay pasajes de la Biblia que si uno los lee sin fanatismo religioso se dará cuenta que estas personas tienen que estar contando, con sus palabras, naturalmente, unos fenómenos para ellos ininteligibles, pero que estaban ante sus ojos y que sucedían en el cielo.
Que verían o que soñarían los antiguos habitantes de Nazca, para ponerse a dibujar en el desierto esas figuras, aún hoy, enigmáticas porque no entendemos ni como pudieron hacerla ni para qué y así se podrían recordar infinidad de acontecimientos históricos.
Actualmente, cuando nos creemos los príncipes de las tecnologías, nos estamos olvidando de mirar al cielo, tan ensoberbecidos estamos con nuestros "pequeños adelantos" y tan imbuidos en nuestro materialismo que se nos está olvidando hasta soñar y no queremos mirar al cielo porque si lo miramos nos damos cuenta de lo poco que somos, que no somos el centro de nada y por supuesto que estamos a años luz de comprender hasta nuestra propia existencia.
Tendríamos que seguir mirando al cielo, los que así lo hacen, saben que alli siguen estando nuestros "dioses" con los que hemos dejado de tratarnos en pos de solo mirarnos el ombligo y que seguramente son los que tienen las claves a las preguntas que siempre se ha hecho la humanidad y que a fuerza de no dar con las respuestas hemos hecho como la zorra con las uvas, decir que no nos interesan y bajar la cabeza.