ALCALDES DE LA VEGA, DEN UN PUÑETAZO EN LA MESA

De nuevo y tras cuatro días de lluvia, el agua les ha llegado a los hortelanos hasta las mismas puertas de sus viviendas en la Graja, Pedro Diaz, El Carrascalejo y en general a toda la ribera del Genil.
Por mucho que nos quisieran hacer creer que con el muro de contención Palma estaría a salvo de futuras pantanadas, la actuación de los servicios municipales y de la Diputación nos han demostrado lo contrario, actuación por cierto, solo de cara a tranquilizar a los ciudadanos que viven cercanos a la Bombilla, Callejón de Junco y Rioseco, porque ¿alguien cree que unos cuantos camiones de grava sirven para contener una avalancha de agua? de verdad que hay que ser ilusos o políticos para creer eso.
Ya va siendo hora (una vez hayamos salido de esta) de que los alcaldes de Écija, Palma del Río, Peñaflor y Lora del Río, den un puñetazo o pongan los cojones encima de la mesa que corresponda (lo que mas le apetezca) con el objetivo de evitar estas pantanadas en sucesivos años. Exigir que el Cordobilla (pantano que no sirve nada mas que para joder), o se quite o se le averigüe una capacidad capaz de no tener que inundarnos cado dos por tres.
Los ciudadanos de estas ciudades y pueblos no tenemos porque pagar, con cuantiosos daños, la falta de previsión de la administración y que esta nos arruine a muchos apenas caigan tres gotas. Me podrán decir que es que ha llovido mucho, ¡tonterías¡, llover en 1963 y el agua en las huertas no llegó a los niveles que ha llegado con las últimas pantanadas.
Así que señores alcaldes defiendan a sus pueblos a los intereses de sus ciudadanos, exijan de la administración una solución y déjense de zarandajas de ayudas que nunca llegan a pagar una mínima parte de los daños ocasionados. La solución hay que atajarla en la raíz y de una vez, lo contrario sería poner parches y esperar a la próxima vez que haya cuatro días de lluvia seguidos y no quiero ni pensar que pasaría si tuviéramos temporales de un par de meses como sucedía antes, menos mal que con el tan cacareado cambio climático esto ya no sucede, algo bueno tenía que tener.