D. Carlos Amigo, cardenal de Sevilla se ha despedido de su cargo por motivos de edad y la verdad es que es una lástima que una persona con ese talante y talento tenga que dejar un cargo tan importante como el obispado de Sevilla, cuando se encuentra en perfectas condiciones, como se vio en la entrevista que se emitió el domingo día 8 en Canal Sur.
Hay bastantes obispos mas "jóvenes" que él (en edad, que no en la forma de entender la vida) que si deberían jubilarse pues aunque su carnet de identidad indique una fecha de nacimiento posterior, tienen una edad mental que parece que hubieran nacido poco después de Trento.
De todos modos también es verdad que Monseñor Amigo se tiene bien merecida la jubilación y lo antes expuesto es por lo que vamos a perder los andaluces, vamos que es por puro egoismo. De él se ha dicho que pudo ser Papa, pues bien, yo esa es una función que no le hubiera deseado pues creo que para eso hay que ser bastante mas mala persona y que él o hubiera sido un Papa rompedor, cosa hoy casi imposible, o hubiera tenido muchos problemas y por supuesto lo que menos hubiera deseado es que hubiera terminado como Juan Pablo I. Es mejor así, deseémosle que pueda descansar en paz durante muchos años, disfrutando de un bien merecido retiro y solo me gustaría que de vez en cuando participara en programas de televisión o seminarios culturales, para que podamos seguir aprendiendo de su ejemplo.
Monseñor Amigo hace que me plantee mi anticlericarismo y que tenga clara una cosa: si hubiera muchos clérigos como él no sería anticlerical, seguro.
lunes, 9 de noviembre de 2009
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