Resulta curiosa la actitud de la mayoría de los gobiernos occidentales, incluido el nuestro, respecto a la exigencia de cumplimiento de los derechos humanos. Resulta no solo curiosa sino cobarde dicha actitud, ya que la exigen solo a aquellos paises que tienen poco peso económico, los amenazan con sanciones y siempre están los "adalides" hipócritas de estos derechos que si por ellos fuera directamente harían desaparecer estos paises, sin pensárselo dos veces.
Resulta que hay paises a los que les permite invadir a otros con la menor excusa, aunque esta sea falsa, invasión de Iraq por Estados Unidos con el beneplácito de "las tres gracias" (trio de las Azores) para a continuación crear un campo de concentración en Guantánamo. A otros se les permite que vayan envenenando o disparándole a los opositores, no solo políticos, sino mediáticos, asesinatos y envenenamientos de periodistas y políticos rusos o de antiguas repúblicas soviéticas no pro-rusos. A otros se les permite reprimir bárbaramente a manifestantes pacíficos y desarmados utilizando tanques como apisonadoras,represión en la plaza de Tian'anmen por parte del gobierno chino.
A todos estos episodios, por citar algunos de ellos, los gobiernos occidentales han respondido con la mas cobarde callada por respuesta, cuando no con la participación directa.
No obstante se es de lo mas escrupuloso cuando "el incumplidor" es un gobierno no afin al imperio, como ha sido el caso de Cuba con la muerte por huelga de hambre del opositor Orlando Zapata, episodio este lamentable y condenable, pero no por parte de gobiernos que permiten e incumplen los derechos humanos. Estos gobiernos son los menos indicados para dar lecciones a nadie, ningún gobierno de estos condenó al de Margaret Thatcher cuando esta permitió la muerte por huelga de hambre de 9 presos irlandeses, ni ningún gobierno condena las muertes de civiles a los que los histéricos soldados de las fuerzas de ocupación occidentales confunden con talibanes, se piden disculpas por el error y hasta el próximo.
Como he dicho antes es lamentable y condenable, que una persona como es el caso de este disidente cubano muera y esté en la cárcel por delitos políticos pero para tirar la primera piedra hay que tener las manos muy limpias y este no es el caso de esos que tan airadamente se han lanzado a condenar este hecho.
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