Con cada catástrofe o tragedia surgen un montón de pedigüeños que se aprovechan de la sensibilidad de la gente. Managua, Bosnia, Africa en general y ahora Haití son ejemplos claros de estas prácticas.
No quiero decir con esto que todo el mundo sea lo mismo, pero si creo que si todo lo que se envia para estas causas, bien en especie o bien en dinero, les hubiera llegado a sus destinatarios, estas criaturas se hubieran ahorrado muchos sufrimientos, muchas hambrunas y muchos muertos.
Ahora le toca a Haití, por todos sitios del mundo se está recogiendo dinero, comida, enseres etc. Desde el Atlético Palma del Río que va a ceder su taquilla, hasta los presos de la carcel de Córdoba. Desde la prensa local de Palma del Río hasta los niños de los colegios. Todo el mundo pide para Haití, y aunque cada colectivo reune solo pequeñas cantidades como decía Carmen Maura en un anuncio de café "tacita a tacita".
Si todo lo que vamos a entregar realmente les llegara a los haitianos, no solo tendrían para reconstruir el país, sino para quitarse el hambre que padecen desde tiempos inmemoriales.
Yo se que esto que digo ahora parece que chirría, cuando todo el mundo está tan "concienciado", pero que se apuestan a que dentro de un par de años, los pobres haitianos seguirán siendo tan pobres como las ratas, seguirán teniendo tanta hambre y necesidades como antes del terremoto o seguramente mas. Eso sí nosotros tendremos nuestras "conciencias muy tranquilas" porque seguiremos creyendo que les ayudamos, no queriendo ver mas allá.
miércoles, 3 de febrero de 2010
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