jueves, 14 de enero de 2010

¿ POR QUÉ HAY QUE ESPERAR UNA DESGRACIA TAN GRANDE PARA AYUDARLES?

Hay paises y personas desgraciados desde su nacimiento y como al perro flaco todo se le vuelven pulgas. El caso de Haití y sus habitantes es uno de ellos y a lo largo de su historia sus desgracias no han hecho sino acrecentarse.
Como colonia que fue, sus primitivos habitantes fueron exterminados y sustituidos por esclavos africanos, sus recursos agotados hasta la extenuación y cuando parecía que podían ser dueños de su destino tras zafarse de la dominación francesa, se toparon, como no, con los Estados Unidos. Estos no contentos con haber hecho y deshecho durante muchos años, apoyaron sin condiciones a François Duvalier (Papa Doc) y despues a su hijo Jean-Claude Duvalier (Nené Doc) que con una terrible dictadura, gobernaron y saquearon el país alrededor de treinta años. Durante este tiempo se hicieron tristemente famosos los "tom tom macoutes", paramilitares que sembraban el terror entre la población, hasta que en 1986 el pueblo se echó a la calle, obligó a exiliarse a Nené Doc y todos fuimos testigos del odio que existía contra los tom tom macoutes, con imágenes terribles donde los haitianos sacaban toda la furia contenida durante muchos años contra estos criminales.
A partir de 1986 distintos gobiernos a cual mas incapaz y corrupto, que no han sabido ni querido remediar la ruinosa situación de este desgraciado país. Para colmo de desgracias, la naturaleza, que tampoco parece tenerle muchas simpatías a estas desgraciadas personas, las ha castigado con huracanes y ya por último con el terremoto de hace dos días. Este terremoto se ha llevado por delante además de multitud de vidas lo poco que tenían, que la verdad no era mucho, y la única esperanza que les queda, si es que les queda alguna, es que hayan despertado nuestras conciencias y que para que vean lo buenos que somos les vamos a mandar cuatro migajas (para nosotros) que veremos a ver si les llegan y que para ellos pueden ser la salvación.
Y uno se pregunta, si es que tienen que pasar estas desgracias tan grandes, para que nos decidamos a ayudar a un pueblo que todo el mundo sabe que tiene el "dudoso honor" de ser el mas pobre de toda sudamérica y que por unos días sentirán nuestra solidaridad-remordimiento para que al poco tiempo nos ólvidemos completamente de ellos y hasta la próxima, que nosotros ya hemos descargado un poco nuestras conciencias y ellos, los supervivientes, volverán a sus miserables vidas, seguramente pensando, si no hubiera sido mejor no haber sobrevivido.

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