lunes, 7 de junio de 2010

NI LOS MUERTOS SON IGUALES

Que en este mundo todo es una mierda es un hecho mas que constatable, ante un mismo hecho y según donde se produzca, tenemos una amplia gama de respuestas que pueden ir desde la mas completa indiferencia hasta la mas profunda afectación.
Uno de estos lamentables casos es el de las personas muertas violentamente, bien por atentados terroristas, bien por lo que se ha dado en llamar violencia de género, bien por lo que eufemísticamente se llama daños colaterales o simplemente por fenómenos naturales (seismos, ciclones, etc.).
A diario tenemos casos de estos, por ejemplo: nos hemos acostumbrado y escuchamos como una cosa habitual los atentados que se producen en Irak o Afganistán, sobretodo cuando los muertos son nativos, cosa totalmente contrario ocurre cuando el atentado lo sufren tropas de ocupación, o sea, de las nuestras, que supuestamente han ido allí a imponer una paz que les va a costar a los afganos e iraquies un montón de muertos y muchos años de guerra. Otro ejemplo son los dichosos daños colaterales, cualquier militar un poco ido y con mas miedo que siete viejas, puede ver en cualquier grupo de civiles que incluso pueden estar celebrando una boda a unos presuntos terroristas, se carga a todos los que puede, mueren un puñado de inocentes y eso son daños colaterales, si fuera al contrario serían un puñado de civiles asesinados brutalmente por un grupo terrorista. Lo mismo pasa con los condenados a prisión por cuestiones políticas, incluso aunque quienes los condenan tengan la misma ideología, no es lo mismo un preso político cubano "por el que están preocupadísimas" todas las potencias occidentales que un preso político chino, este último puede ser torturado, encerrado de por vida o incluso fusilado, ¡que mas da¡ si a los "buenos" solo les preocupan los cubanos.
Incluso en las catástrofes naturales, no da lo mismo los muertos que se puedan producir por alguna de estas en Haití, Chile, India o cualquier pais africano, que si fueran alemanes, norteamericanos o de cualquiera de los paises occidentales, salvo que fueran griegos, españoles o portugueses, que entoces la consideración sería la misma que con los del primer grupo. Y no digamos lo que nos estamos acostumbrando, por la cotidianidad, a lo que son muertes por violencia de género, estas muertes han sustituido en número, incluso llegando a superarlo, a las muertes por terrorismo en los peores años de ETA, pero al no llevar el sello de esta banda como que parece que no crean tanta alarma social, pero es una realidad diaria que de algún modo hay que cortar.
Todo este tipo de muertes violentas, de alguna manera, los ciudadanos tenemos que procurar que al menos su noticia no la recibamos como algo habitual y rutinario, a la que no le damos importancia. No debemos olvidar que detrás de cada muerte de este tipo hay , en primer lugar, una persona a la que se le han truncado sus esperanzas, aunque sean pocas, y también que detrás de cada muerte violenta queda un drama humano, que soportan padres, hermanos, hijos, amigos, etc, y ante esto no podemos quedar indiferentes, no podemos consentir que nos parezca algo cotidiano ya que si esto sucediera hablaría muy poco de nuestra humanidad y muy mucho de la falta de valores que impera en esta nuestra sociedad actual.

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