jueves, 24 de junio de 2010

LA PRISA MATA

Este dicho, que si visitas Marruecos escucharás constantemente, se cumple en un porcentaje bastante alto y además parece que estamos por darle la razón para que se siga cumpliendo.
Hoy tener prisa parece que es un valor añadido que todos queremos mostrar aunque la mayoría no tengamos mucho que hacer en todo el día, así es frecuente que nos saltemos semáforos en rojo porque somos incapaces de esperar a que se pongan en verde y lo mismo cien metros después estamos parados con el primero que se nos cruce, eso sí, con nuestro coche en paralelo al de nuestro interlocutor, porque prisa y mala educación suelen ir bastante unidos o cuando llegamos a cualquier establecimiento a nada que tengamos un par de personas delante estamos "animando" a la persona que está detrás de mostrador para que aligere, como si se nos estuviera quemando la casa, y una vez atendido puede pasar que nos pongamos a perder el tiempo con cualquiera, ese tiempo que minutos antes nos parecía cuestión de vida o muerte.
Hoy día 24 nos hemos despertado y me temo que también nos vamos a acostar, con todas las cadenas de radio y televisión haciéndose eco del accidente ocurrido en Castelldefels donde una prisa sin objeto alguno ha costado la vida a 12 personas, por ahora, y para colmo tenemos que escuchar a los listillos de siempre, diciendo las mismas jilipolleces de siempre, cuando pasa un caso como este. Así se ha escuchado a lo largo del día que si el paso elevado no se explican como estaba cerrado, que si el paso subterráneo era muy estrecho, que si esto, que si lo otro, hablando por hablar y sin conocer que es lo que hay allí.
El alcalde de Castelldefels ha explicado el hombre, sin querer ser muy políticamente incorrecto, que el paso subterráneo se hizo para anular el elevado, que el paso subterráneo tiene una anchura que ronda los tres metros y que aquello es un apeadero en el que habitualmente no hay mucho movimiento de personas salvo en casos muy señalados y ayer noche de San Juan, era uno de estos. También han señalado algunos lugareños que es habitual cruzar las vías para evitar el bajar al paso subterráneo.
Estamos ante una tragedia que ha costado 12 vidas, se supone que en su mayor parte jóvenes, producida, según todos los indicios, por una prisa loca por llegar a una fiesta que iba a durar toda la noche y de la que no querían perder los seis u ocho minutos que hubieran tardado en pasar por el lugar adecuado, con unas consecuencas trágicas para estas doce personas y para todo el montón de familiares, muy especialmente sus padres, que ven impotentes como una imprudencia tonta ha acabado con un montón de proyectos e ilusiones y han marcado para siempre sus vidas por el resto de ellas.

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