VENTE P'ALEMANIA KEVIN MANUEL

Cuando en España a nuestros licenciados en muchísimas especialidades solo les queda medrar por un enchufe en cualquiera de nuestras abundantes administraciones o aspirar a un trabajo basura, mal remunerado y peor considerado, en alguna de nuestras empresas basura o similares, viene la Cancillera Alemana y ofrece un montón de puestos de trabajo para esta gente tan bien formada y tan mal aprovechada.
De nuevo los españolitos, después del espejismo de la primera década del S XXI, volvemos a ser lo que fuimos, carne de emigración, aunque esta vez hay algunas diferencias, afortunadamente, ya no vamos con boina, ni con maleta de cartón amarradas con cuerdas, ni en trenes que llamaban "rápidos" que tardaban dos días en atravesar España, ni nos llamamos Curro, Paco, Pepe, Antonio o Rafael. Ahora vamos hablando inglés y chapurreando algún que otro idioma, con preparación universitaria, llamándonos Jonatan, Kevin Manuel, Jenifer, Jesica o Elisabet, y aunque estamos mas acostumbrados a salir fuera, en el fondo, llevamos la misma amargura o parecida a la que llevaban nuestros padres o abuelos, teniendo que dejar toda nuestra vida atrás, para empezar de nuevo en un sitio extraño y hostil, al que nuestro concepto de universalidad nos hará adaptarnos antes, aunque no consigamos acostumbrarnos a tan distinta forma de ser y clima.
Ahora bien, aunque vayamos en mejores condiciones, no nos engañemos, si los alemanes o quienes nos acojan no tienen mucho interés por esos trabajos, que decimos especializados, seguro que es porque los hay mucho mejores y a nosotros, como siempre, nos tocarán las sobras, que estas sobras nos sepan a gloria es solo el barómetro exacto de nuestras carencias.