La coherencia, de por si, es una rara virtud dificil de llevar a cabo, todos en algún de momento de nuestra vida hemos sido incoherentes, sobretodo en lo que decimos que pensamos y lo que realmente hacemos, por lo tanto no se le puede pedir a nadie que sea coherente con todo lo que hemos expresado en algún momento, entre otras cosas porque hablamos demasiado, pero si tenemos que exigir que nuestra coherencia no afecte a lo que son principios fundamentales de nuestra forma de pensar.
Esto viene a cuento como consecuencia de las discusiones que hay últimamente en política sobre si los representantes tienen que acatar lo que digan sus partidos y olvidarse de sus principios o lo contrario y lo que ha escrito en su blog hace poco el piojo rojo u colorao sobre la incoherencia de ciertos concejales del equipo de gobierno, que parece ser, que por un lado son defensores del patrimonio y por otro sus mas acérrimos enemigos.
Realmente en política es muy dificil ser coherente, si se fuera, o tendrían que irse muchos o tendrían que cambiar mucho tambien los partidos políticos y una cosa está clara irse lo que se dice irse por coherencia se han ido muy pocos y los partidos cambiar lo que se dice cambiar tampoco lo han hecho, por lo tanto, la incoherencia es lo que mas abunda.
Recordemos algúnos casos sonados de incoherencia, el mayor, por lo dicho anteriormente y lo defendido despues, el caso del PSOE con la OTAN. Todavía me parece estar viendo a Felipe Gonzalez decir en el parlamento al gobierno que lo mismo que habían metido a España en la OTAN por decreto ley, él la sacaría tambien por decreto ley, cuando estuviera en el gobierno. Cuando Felipe Gonzalez estaba en el gobierno ratificó mediante un referendum la entrada de España en la OTAN, propugnando el SI, al que ningún cargo socialista se opuso abiertamente y todos respondieron al unísono beeeeee. Otro caso sonado de incoherencia es el del Ministro de Defensa, Federico Trillo y tambien de su partido en el caso del avión estrellado cuando repatriaba a militares españoles de Afganistán, un político que estaba todo el día haciendo gala de su ética religiosa, pues menuda lección de ética que nos dieron el y su partido, no solo por llevar a la muerte, por unos miserables euros, a unos militares españoles que venían de una misión internacional, sino por quererse ahorrar hasta su identificación y entregarles a sus familias los cuerpos cambiados de sus seres queridos.
Tambien ha habido casos de coherencia política, pocos para los treinta y tantos años de democracia que nos contemplan, pero los ha habido, hablo de casos sonados por el cargo que en su momento dejaron, el primero que se me viene a la memoria fue el caso de Rafael Escuredo cuando presidente de la Junta de Andalucía, curiosamente el único que recuerdo del PSOE, los demás que recuerdo eran de partidos de derecha o centro entre los que cabe destacar el caso del centrista Manuel Clavero Arévalo que dimitió de su cargo de Ministro por no estar de acuerdo con la postura de UCD sobre la autonomía andaluza y los populares Manuel Pimentel y Amalia Gómez cuando eran respectivamente Ministro de Trabajo y Secretaria de Asuntos Sociales.
Bueno, como he comentado anteriormente, que dificil es ser coherente en la política y mucho mas en los casos en que quiren aferrarse a sus cargos cueste lo que cueste.
miércoles, 30 de septiembre de 2009
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