Este año la proyección que llevaban estas jornadas se ha visto un poco frenada, no se si habrá influido la crisis, el cambio de formato o ambas cosas.
No creo que haya sido un acierto hacer del viernes, una jornada laboral y lectiva, el día con mas tiempo dedicado a ellas. Según se comentaba el sábado, fue un día muy flojito en cuanto a público y en cuanto a programa académico, este último solo salvado en parte por el doctor Álvarez Rey, eso sí, parece que fue muy acertada la presencia en el acto inaugural de doña Matilde Coral.
El sábado ya fue distinto, la afluencia de público estuvo muy bien, las ponencias y comunicaciones también estuvieron a buen nivel, en definitiva, algo parecido, ya sí, a jornadas anteriores, pero pasó que cuando las jornadas estaban cogiendo ambiente, se terminaron.
Se ha notado también cierta bisoñez en la organización, no pueden estar miembros de esta entrando y saliendo constantemente, máxime cuando hay una puerta que gruñe como un cochino en la mesa de matanza, con la consiguiente desconcentración de oradores y público.
El sábado se notó y mucho la falta de tiempo, no solo para los comunicantes, que a los pobres se les iba la mitad del mismo intentando que pusieran en funcionamiento el ordenador, sino también para los ponentes, no pudiéndose establecer un turno de comentarios con los asistentes, una pena, había bastantes personas con ganas de hacer preguntas y todo por dejarlo todo enlatado en día y medio, y siendo el primero casi inhabil para una gran mayoría de asistentes.
Esperemos que se tome nota de los posibles fallos y que las VII vuelvan a darnos las mismas oportunidades o mas que las anteriores.
martes, 19 de octubre de 2010
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