jueves, 28 de octubre de 2010

LOS INCONVENIENTES DE LAS JÓVENES PROMESAS

De siempre, la juventud ha sido alocada, ha pensado que se podía comer el mundo y que a hambre de triunfo no le ganaba nadie, pero no se si sería por el respeto que antes nos enseñaban a tener a los mayores o por un exceso de prudencia, cuando teníamos que competir con alguien con los espolones mas endurecidos por la experiencia en la lucha, procurábamos prepararnos a fondo antes de presentar batalla y aún así la mayoría de las veces, una vez decididos a presentarla, la perdíamos, no en vano dice el refranero que: la experiencia es la madre de la ciencia, o que: mas vale maña que fuerza, e incluso que: mas sabe el diablo por viejo que por diablo.
Pues bien, todas estas cosas, fundamentales para ir haciéndonos fuertes, parece que los jóvenes de ahora, que no sabemos si afortunada o desgraciadamente para ellos han tenido las cosas muy fáciles o si me apuran regaladas en exceso, olvidan y no se si porque ahora son mucho mas grandes (físicamente claro) y lo que han ganado en altura lo han perdido en capacidad craneana o simplemente no está compensado el cuerpo, lo cierto es que cuando aún son pollos con unos espolones endebles y poco desarrollados se permiten la osadía de querer enfrentarse a auténticos gallos de pelea, que se las saben todas y están mas que curtidos en mil batallas.
Da la impresión que este es lo que le ha sucedido a nuestro paisano Rafael Velasco, que sin haber empatado nunca con nadie se vio de la noche a la mañana encumbrado a un puesto que a la larga ha sido su tumba política. No solo no había empatado con nadie, es que ni siquiera se había enfrentado cara a cara con nadie, simplemente había trepado y pasado a muchos por encima con el solo patrimonio de los empujones que le daban para que pudiera subirse al caballo ganador, sin dominar siquiera los principios fundamentales de la equitación y aún así tuvo la osadía de querer derribar a otros expertos y contrastados jinetes.
El resultado es el que hemos presenciado estos días, con su forma de actuar tenía a un montón de "jinetes" que lo tenían en el punto de mira y mientras sus mentores lo arropaban de cerca se mantenían a distancia pero en el momento en que han visto un flanco abierto se han lanzado a tumba abierta a por él y el batacazo ha sido de aupa, asegurándose, con pleno éxito parece, de que no se iba a montar mas en otro caballo, por lo menos por un tiempo, que en este mundo absurdo de la política nada es nunca definitivo.

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