lunes, 4 de mayo de 2009

Sr. Párroco

Sr. Párroco como usted sabrá el octavo mandamiento viene a decir mas o menos, no dirás falsos testimonios ni mentirás,pues bien este mandamiento no parece que lo hayan tenido muy en cuenta ni usted ni los felígreses de su parroquia que han editado el libro a fin de conseguir la beatificación de Dña. Blanca de Lucía,
cosa esta última que me trae al fresco, pero lo que si me importa, además de que indigna es la sarta de mentiras que este libro contiene y algunas no son cuestión de puntos de vista por ejemplo el episodio de las estampitas,(ya antes habían escrito que nadie vio como se produjo la muerte) si nadie la presenció, quedará muy poético aquello que " de su pecho cayeron" pero como saben que cayeron de su pecho, pero al fin y al cabo eso son mentirijillas de nada lo pongo como ejemplo para que se vea que si en esto no tienen reparo en mentir (quien lo pone en el libro o el que se lo cuenta al que lo pone) porque lo demás lo tenemos que dar por cierto y sobretodo teniendo en cuenta de quien pueden venir esos testimonios, de los mismos que decían que los rojos tenían rabo pues "aviao vamos", tambien recoge su libro la pregunta de ¿que hubiera pasado si los rojos hubieran estado en vez de un mes, mucho mas tiempo? pues sr. párroco nadie lo sabe porque no ocurrió, lo que si sabemos es que al día siguiente de haber recuperado Palma por lo que dice el libro "los que mejor encarnaban los valores de la iglesia católica" estos asesinaron a sangre fría, pues la verdad es que no se sabe si a doscientas, a trescientas o mas personas cuyo mayor delito (tenga en cuenta sr. párroco que los verdaderos republicanos ya no estaban en Palma) era el que no lo conocieran ninguno de los señoritos que se erigieron en dioses y que podían decidir a su capricho si los sacaban o los dejaban en la fila o lo que es lo mismo si vivían o morían, todo esto sin que esos bueniiiisimos sacerdotes que quedaron vivos dijeran esta boca es mía, ni ninguna autoridad eclesiástica y todavía viven en Palma hijos, nietos etc, que no conocieron a sus padres o a sus abuelos gracias a esto. Esto sucedió en Palma y en todos los pueblos a los que fueron llegando sus colegas por lo tanto si la iglesia católica quiere hacer distingos en los muertos allá ella, pero no deje que "sus feligreses" levanten falsos testimonios y mientan sobre personas a las que solo conocen por versiones muy interesadas, que yo no niego nada de lo que realmente hicieron, en este caso matar a esta señora pero sin mas ni mas, que los aliños se los fueron poniendo personas que no fueron testigos del hecho, y tenga en cuenta que por las muertes que hubo en esos días fueron juzgadas y condenadas a muerte todas las personas que regresaron de la zona roja, hubieran intervenido o no en los hechos.

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